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sábado, 10 de julio de 2010

PREGÓN FIESTAS PATRONALES EN HONOR A LA STMA. VIRGEN DE LUNA. AÑO 2008

Sra. Alcaldesa, Pregonera del año pasado, Amigo José María, Vecinos y Amigos de Escacena del Campo.

Este año me ha tocado a mí el inaugurar las fiestas patronales de nuestro pueblo. Como diría su majestad Don Juan Carlos I, me llena de orgullo y satisfacción el estar hoy aquí presente, aunque en un principio, mi indecisión de aceptar ser el pregonero o no, me llevó a los nervios y a la duda de poder realizarlo. Al final me di cuenta que no había que tener miedo porque sería una cosa muy bonita e importante para cualquier escacenero el poder dar el pistoletazo de salida a las fiestas de su pueblo.
Uno de los motivos de mi decisión fue la añoranza por mi tierra al estar lejos de ella por motivos laborales. Yo siempre he escuchado decir que “nunca se aprecia una cosa tuya hasta que no viene uno de afuera y te dice lo que realmente tienes, es entonces cuando empiezas a valorarla mucho más”. No se si es un dicho o un refrán pero lo que si es seguro es que es totalmente cierto. Os digo esto amigos porque he aprendido a valorar el pueblo de Escacena en su total integridad y de una manera que desconocía en mí. Para mí, todo es especial… desde su gente (siempre se ha dicho que hay gente para todo y aquí las hay), la Navidad con la ilusión de los Reyes Magos y de poner el portal de Belén con la familia, sus costumbres y tradiciones (como el tostón con sardinas, los garbanzos, las orejas de Abad, el llamar a la gente por mache, las vaquillas y el toro de fuego de las fiestas patronales, el tomar el fresco en la puerta en las noches más cálidas del verano, y un sinfín de cosas más que uno vive y vivió desde chico). También tenemos nuestra Semana Santa y la llamo nuestra porque el que se sienta cofrade, sea costalero o nazareno sabe que se hace muy especial y se vive con mucha intensidad, fervor y devoción esos días de Pasión y Muerte de Jesús el Nazareno. Luego tenemos cosas más alegres como San Isidro, El Rocío y las dos Cruces que con tanta alegría pasean por las calles de Escacena. Todo es muy especial y lo más importante es que debemos seguir manteniéndolo como hasta ahora, sintiéndonos muy orgullosos de ser escaceneros porque así lo hubiesen queridos nuestros padres y abuelos a los que tantos recordamos cada día y especialmente en estas fechas.
Según mi punto de vista, el escacenero queda enmarcado en una personalidad característica de los pueblos de Andalucía, son gente sencilla, humilde, amigables, simpáticas, cariñosas… en definitiva un sinfín de adjetivos que ya todos conocemos; aunque como dice otro refrán “hay de todo en la viña del Señor”. Lo mejor es que en este pueblo tiene cabida todo aquel que necesita un hogar y ganas de trabajar en sociedad. Una cosa tengo clara, a un escacenero lo que más le gusta son nuestras fiestas y en especial éstas que inauguramos todos los que estamos aquí presentes y esperando que Miguelito empiece a echar agua. Son muy especiales porque vienen nuestros familiares y amigos que tanto queremos y que se llevan todo el año fuera de su pueblo y por supuesto digo que son muy especiales porque son las fiestas de Nuestra Patrona la Virgen de Luna.
Como supongo que sabéis, ya llevamos más de 400 años venerando a Nuestra Patrona, que ahora es hasta Alcaldesa. Desde que se le apareció con su luz a aquel arriero en una noche de tormentas de principios del siglo XVII nunca ha abandonado a su pueblo y de una u otra manera sigue iluminándonos cada día generación tras generación porque Ella es Nuestra Madre y nosotros nos sentimos sus hijos. Por eso amigos, os pido que no nos olvidemos de ese amor y devoción hacia Ella, que no sólo nos acordemos en estas fechas tan señaladas sino que este siempre presente en nuestros corazones, en cada Ave María o Salve que recemos, en los momentos buenos y en los malos, en el día a día; porque Nuestra Madre la Virgen de Luna se acordará siempre de nosotros.
Desde aquí recordar también el trabajo de los costaleros que con tanto amor y sentimiento pasean la Virgen de Luna por las calles de su pueblo, todos van a la voz del capataz intentando llegar al cielo en cada levantá. Ese esfuerzo que a la vez se equipara a los rezos que llevan las mujeres penitentes que van de promesa delante de su Madre, pidiéndole por aquel familiar o conocido que lo abandonó, por algún enfermo al que le ilumine o simplemente por estar más cerca de Ella porque realmente saben y sabemos todos que la Virgen de Luna nos acoge bajo su manto de estrellas y nos ilumina para seguir adelante.
En definitiva, y para no alargarme mucho más, creo que los sentimientos a Nuestra Madre la Virgen de Luna son mutuos por todos sus hijos los escaceneros y seguro que el día 15 de Agosto estaremos todos en la puerta de la Iglesia esperando que procesione por las calles de Escacena y una última cosa de la que también estoy seguro es que todo aquel que este año no pueda venir a ver a Nuestra Madre la llevará en el corazón, tendrá una estampa en la mano y rezará un Ave María acordándose de Ella.
Por todo ello y más, gritemos todos juntos:
¡¡VIVA EL PUEBLO DE ESCACENA!!
¡¡VIVA NUESTRA MADRE!!
¡¡ VIVA LA VIRGEN DE LUNA!!
He dicho.

Francisco Javier Miranda López Becerra.

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